Sam Blakeslee, quien dirige el Instituto de Tecnología Avanzada y Política Pública en el Politécnico de California, Estados Unidos, indicó en una conferencia reciente que la tecnología, más allá de traernos dispositivos útiles e ingeniosos que han cambiado nuestra convivencia diaria, han generado un panorama donde la economía se ha transformado, y las teorías económicas sufren para analizar. La ya famosa economía entre pares ha logrado que casas editoriales y buena parte de la industria discográfica caigan de sus nichos antes sitios de noticias independientes o músicos hágalos-usted-mismo y tiendas digitales. Como todo gran avance tecnológico, en este momento en la fase de destrucción creativa que ha alterado el Status Quo.
Hoy en día y debido a las posibilidades tecnológicas, quienes poseen la mano de obra también son poseedores del capital, o bien la mano de obra es el capital. El comercio entre individuos y la presencia individual aumentada gracias a los medios sociales tecnológicos permiten que estemos en un escenario nunca visto, la estructuras jerárquicas sufren un reto para el cual no hay respuestas. Blakeslee llama a esta fase “de Uber a ISIS”.
“En ningún lugar es mayor la oportunidad de impactar en esta fase de la revolución que en el gobierno. Esto porque enfrentamos un tremendo vacío y porque el gobierno está tan atrás en la revolución tecnológica, que el vacío crea el potencial para que fuerzas, deseables o indeseables, se involucren”. La democracia también es un campo donde incide la capacidad tecnológica actual.
La nota original está en Government Technology.